Como se trata de arbustos, no es necesario un excesivo cuidado, pues un emplazamiento soleado, un terreno fértil y fresco que no retenga la humedad, es más que apropiado para el Ampelopsis.
Sin embargo, soporta perfectamente la sombra y la poda, la cual debe realizarse en invierno. Esta servirá para conducir la enredadera hacia donde desees, cortando todo lo que no sirva.
Cabe destacar, que el Ampelopsis es muy resistente tanto a plagas como a enfermedades.