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Bonsai Ficus Microcarpa GingSeng M19

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Es una de las plantas más apreciadas por los amantes de la jardinería pero, también, por los del bonsái.

Es importante saber que los cuidados del Ficus Ginseng conllevan tener cierta mano con las plantas.

Cuenta con unas necesidades muy específicas, que es necesario cumplir a rajatabla para verlo prosperar en condiciones. La mejor manera de disfrutarlo.

Originario de las zonas tropicales de Asia, recibe diferentes nombres. Ficus India, Lauro de Indias o Ficus bonsái. Un sobrenombre, este último, llamativo y que explica en gran medida qué tipo de planta es. Y decimos esto porque el Ficus Ginseng actúa como un bonsái en términos de cuidados y crecimiento. Algo que, a nivel estético, rompe con la idea que tenemos preconcebida de este tipo de árboles. Y es que cuenta con una diferencia sustancial: su envergadura. El Ficus Ginseng puede llegar a alcanzar una altura de metro y medio, aunque es habitual que ronde el metro. Sin embargo, es tal su similitud con los bonsáis que su nombre botánico se liga inevitablemente a esta familia de árboles.

De carácter perenne y hojas pequeñas y redondeadas, cuenta con otra característica fundamental. Sus raíces, en forma de bulbos irregulares, permanecen por encima del sustrato. Un carácter aéreo que marca, en gran medida, los cuidados del Ficus Ginseng.

LUZ Y RIEGO

Antes de entrar en detalle sobre los cuidados del Ficus Ginseng, sepamos que puede tener un gran valor decorativo. Un hecho que puede jugar una baza única en la decoración con plantas que ideemos para un espacio. Perfecto para poner una nota natural en cualquier espacio, gracias a sus hojas verde intenso. Perfecto, también, para quienes se inclinen por la serenidad del jardín zen o de este tipo de atmósfera dentro de casa.

Pero además de esto, el Ficus Ginseng bonsái cuenta con otro increíble atractivo natural: sus raíces. Y es que las ramificaciones de las raíces aéreas de esta singular planta permiten ser guiadas, además de tener una increíble capacidad de ramificación. Muy profusa dentro del sustrato pero, también, fuera de él. Cuando las finas raíces emergen de la tierra, gracias a los nutrientes comienzan a engordar. Es entonces cuando podemos jugar a entrelazarlas, guiando todo el atractivo de la planta hacia la base del tronco. Para ello, es necesario podar y pinzar los brotes de la misma manera que lo haríamos en el cultivo de un bonsái.

1. ¿Cuánta luz necesita un Ficus Ginseng?

La luz es un elemento indispensable en los cuidados del Ficus Ginseng. No hablamos de sol directo, sino de colocarlo en un entorno luminoso. Será gracias a este elemento natural como la planta podrá generar esas tan deseadas raíces. En caso de que esté en un emplazamiento con poca luz, podremos ver sus consecuencias. Los nuevos brotes de raíces serán largos y débiles. Unos brotes que no nos permitirán lograr ese aspecto compacto de raíz tan valorado en estas plantas.

2. Pautas de riego del Ficus Ginseng

Los cuidados del Ficus Ginseng bonsái son sumamente exigentes en lo que respecta al riego en los meses de primavera y verano. Es cierto que deben ser moderados, sin permitir que el sustrato se seque completamente entre riego y riego. Pero también lo es que debe estar alejado siempre de cualquier encharcamiento. Un exceso de agua que puede comprometer la vida de sus increíbles raíces.

Curiosamente, y a diferencia de otras plantas, el Ficus Ginseng bonsái exige que el riego se centre más en sus hojas. Lo ideal es que pulvericemos generosamente su copa, procurando que queden bien empapadas de agua. Algo que no es extensible a sus raíces: cuanta menor sea la cantidad de agua que reciban, mejor. De esta manera, no solo estaremos evitando que se pudran. Además, no tendremos que preocuparnos por tener que eliminar las plagas del jardín que puede atraer el exceso de agua.

ABONO, TRASPLANTE Y PODA DEL FICUS GINSENG

Mientras que el riego o la luz son fundamentales durante todo el año, hay otros cuidados del Ficus Ginseng que nos ayudarán a disfrutar de él.

  • Es recomendable aplicar un abono para plantas verdes para ayudar a la planta a crecer con vigor. Una tarea que tendremos que comenzar a hacer desde comienzos de la primavera hasta el otoño. Lo ideal es un abonado mensual durante los meses de buen tiempo, utilizando tanto fertilizante líquido como el de gránulos. Con la llegada del otoño, lo ideal es abonar dos veces al mes. De esta forma, la planta podrá absorber nutrientes antes de entrar en su letargo invernal.
  • En lo que respecta a la poda, no es recomendable llevarla a cabo en los meses de invierno. En ese tiempo de frío, sí podemos retirar las ramas dañadas. Sin embargo, para podar tendremos que esperar al verano. De esta manera, y al amparo de la buena temperatura, tenemos margen de ver cómo se desarrollan tanto sus ramas como sus hojas.
  • Por último y a pesar de las apariencias, el trasplante no es una de las prioridades en los cuidados del Ficus Ginseng. Si nuestra planta es nueva, podremos mantenerla en su maceta original hasta dos años. Cuando decidamos trasplantarla, lo ideal es que elijamos un mes de primavera y usemos un sustrato universal para el suelo. Dado que crecen de manera importante, lo ideal es elegir macetas de buen diámetro pero de porte bajo.